Lord Byron, Percy Shelley y John Keats forman una trinidad inseparable en la literatura inglesa de principios del siglo XIX: son los principales exponentes de la segunda generación de poetas románticos, tuvieron una vida corta, aventurera e intensa, y su obra ha trascendido el paso del tiempo, unida y dirigida por el hilo invisible del amor. Un amor, por supuesto, romántico -esto es, apasionado, visceral, idealizador-, que no solo emana de su producción poética, sino que también se vislumbra en su correspondencia, lo que confirma hasta qué punto el amor no era para ellos una simple fantasía afectiva o un ejercicio intelectual, sino el motor de la vida.