Entre diciembre de 1984 y agosto de 1986 se realizó una operación clandestina que buscaba poner a disposición de la lucha contra la dictadura militar un poder de fuego que permitiera desestabilizar definitivamente al régimen, en el marco de la Política de Rebelión Popular de Masas del Partido Comunista. El plan consistía en ingresar desde aguas internacionales un poderoso arsenal que sería distribuido a lo largo del país. Una vez descubierta y frustrada la operación por los organismos de seguridad, la prensa oficialista reiteró titulares como «¡Gigantesco arsenal ruso!». Así, el nombre de una aislada caleta del Norte Chico pasó a ser, para muchos, sinónimo de subversión y terrorismo, pero para otros tantos, un acto de reivindicación de la resistencia popular ante la tiranía. En la situación de bloqueo informativo imperante, sectores de izquierda y organizaciones populares de base llegaron a pensar que todo era un montaje del Gobierno. Por su parte, el carácter pactado que tuvo desde mediados de los ochenta la transición a la democracia instaló el rechazo a la violencia política popular. Todo ello operó como un manto de olvido sobre esta historia, que quedó reducida a noticia político-policial y a una sola palabra: Carrizal. Las múltiples tareas organizativas, de seguridad y coordinación, el trabajo silencioso de más de un centenar de personas, el propósito colectivo, el enorme riesgo y su permanente respuesta de coraje durante tantos meses en el Chile congelado de Pinochet, todo ello y su trasfondo de historias personales, familiares, rebeldía y dignidad, poseen un profundo significado. Es lo que sostiene el historiador Luis Rojas Núñez, que a través de una investigación rigurosa devela el olvido y aclara los mitos, y nos entrega este texto sorprendente sobre uno de los capítulos memorables de nuestra historia política reciente.
ISBN: 978-956-00-1047-6 Nº de páginas: 352 Formato: 14 x 21 cms. Peso: 0,420 Año de publicación: 2018