El juramento tiene una importancia decisiva en la historia política de Occidente. Está situado en la articulación entre religión y política, y testimonia esa doble pertenencia que define la especificidad y la vitalidad de la cultura occidental cristiana. El juramento ha sido la base del pacto político en la historia de Occidente. Como tal, es posible volver a encontrarlo en su función eminente, cada vez que este pacto entra en crisis o vuelve a reanudarse de formas diversas, desde los comienzos del cristianismo hasta la formación del Estado moderno. En coherencia con esta función central del juramento, su irreversible decadencia actual sólo puede corresponder a una crisis que concierne al ser mismo del hombre como animal político. Si hoy nosotros somos las primeras generaciones que, a pesar de la presencia de algunas formas y liturgias del pasado, viven la propia vida colectiva sin el juramento como vínculo solemne y total, sacralmente aferrado a un cuerpo político; esto significa que, sin ser conscientes de ello nos encontramos en el umbral de nuevas formas de asociación política, cuya realidad y sentido todavía debemos examinar. Tal es el punto de partida de este libro. La investigación que Giorgio Agamben lleva a cabo en El sacramento del lenguaje no es tanto una indagación sobre el origen, sino más bien una arqueología filosófica del juramento.