La ecología es una cuestión política crucial de nuestra época, declaran cada vez más voces. Pero aunque esta afirmación es cierta y necesaria, se queda corta, dado que reduce el ecologismo a una ideología, y en la actualidad necesitamos algo más que eso. Nos hace falta asumirla desde una perspectiva que incluya todos los aspectos de la vida. La ecofilosofía parte del supuesto de que nuestra cosmología no sólo determina nuestra imagen del universo físico, sino también el sentido de nuestras acciones. De ahí que el restablecimiento filosófico que se ha de llevar a cabo en nuestro tiempo no se deba limitar exclusivamente a los problemas medioambientales, porque va más allá de causas económicas y tecnológicas, e incluso morales. El núcleo de la crisis planetaria es una consecuencia de las limitaciones de la cosmología mecanicista que nos rige y de su deficiente y restrictivo modo de interpretar la naturaleza. Necesitamos una actitud reverente hacia la naturaleza, como la que tuvieron algunas culturas del pasado, para comprender la realidad de una forma más integral. El ser humano es una extensión de la naturaleza. Por tanto, necesitamos considerar los valores humanos como parte de un espectro más amplio en el que la naturaleza participe y co-defina nuestra relación con la vida. Este libro ofrece una visión filosófica renovadora del mundo que abarca desde la cosmología hasta la conciencia, pues el pathos de las sociedades modernas es, en definitiva, un problema de sentido. Henryk Skolimowski, formado en Varsovia en el New College de Oxford, donde se doctoró en filosofía en 1964, es el creador de la ecofilosofía y fue director del Eco-Philosophy Center. Hoy en día es considerado una de las figuras centrales de la ecofilosofía y una de las personalidades más rigurosas que abogan por un cambio de paradigma. De su amplia obra, Atalanta ha publicado La mente participativa, su libro más acreditado.