La autora examina las políticas públicas de género y la institucionalidad del género desarrolladas durante los primeros veinte años del periodo post-dictatorial, al tiempo que analiza el repliegue, la crisis y reformulación del movimiento feminista durante las mismas décadas, contextualizándolo desde la historia del feminismo chileno, y haciendo un trazado de la cronología de la institucionalización de la “perspectiva de género” por el Estado.
A partir de este análisis, la autora plantea la hipótesis de que existió una redefinición del género por parte del Estado que privilegió una versión despolitizada y técnico-operativa de las desigualdades entre mujeres y hombres, la que habría provocado una división del feminismo en proyectos políticos divergentes.