«Este conjunto imponente, que representa dos años y medio de
intervención mensual, es una suerte de viraje, a más de un título, en la
historia general de mi seminario: abre la serie de los seminarios que
tratan un mismo motivo durante varios años consecutivos; en ellos se
convocan, muy a menudo, la poesía y el teatro, y, al mismo tiempo, el
comentario político se hace más preciso y más constante. Las veinte
sesiones articulan elementos que pueden parecer dispares, pero cuya
unidad radica en la cuestión filosófica del presente, del tiempo
presente, y de las condiciones bajo las cuales la filosofía puede ser
realmente contemporánea de su propio tiempo. Desde una analítica de
nuestro presente –dominado, en realidad, por su huida o su ausencia–
hasta las máximas de la construcción de un presente real y de las
características de un Sujeto que según este se ordena, la curva general
intenta esclarecer la única cuestión realmente importante de la
filosofía, que es la de la verdadera vida».