Este libro, escrito por Claude Bragdon y publicado por la editorial Atalanta, es fruto de largos años de reflexión en torno a líneas de pensamiento y experimentación poco habituales. Bragdon plantea que la arquitectura debe ser orgánica y estética, pero no solo en el sentido de estar de acuerdo con el buen gusto, sino en un sentido más profundo de belleza intrínseca.
Para Bragdon, la fuente es la imagen que mejor representa el misterio de la vida, y en el ámbito arquitectónico, los rascacielos serían las "fuentes heladas" que han ido brotando en las ciudades. Siguiendo la escuela de pensamiento de Sullivan, quien afirmaba que la forma debe ser siempre fiel a la función, Bragdon lleva esta noción un paso más allá, sugiriendo que la función debe al mismo tiempo expresar y determinar el significado de la forma, tal como ocurre en los organismos naturales.
A lo largo de la obra, Bragdon repasa el fenómeno puramente estadounidense de los rascacielos, los cuales surgieron de una necesidad práctica antes que estética. Argumenta que a menos que un edificio obedezca a una norma armoniosa en sus medidas, no puede considerarse una verdadera obra de arte. Utiliza diversos ejemplos para ilustrar esta idea y mostrar cómo las proporciones adecuadas pueden imbuir un edificio de verdadera belleza.
El autor también se adentra en el tema de la ornamentación. Observa que ha sido suprimida de la arquitectura moderna porque no cumplía ninguna función práctica y encarecía la construcción. Sin embargo, Bragdon defiende la ornamentación como una expresión de nuestra singularidad. Dado que los modelos ornamentales tradicionales han quedado anticuados, propone nuevos patrones tan rigurosos como originales, inspirados en conceptos matemáticos como los sólidos platónicos, los cuadrados mágicos y la cuarta dimensión.
En resumen, "La Fuente Helada" es un ensayo que ofrece un recorrido completo por el ideario de uno de los diseñadores más fascinantes del siglo XX, y cuya obra ha sido injustamente olvidada en el tiempo. El libro no solo explora la relación entre forma y función en la arquitectura, sino que también desafía al lector a reconsiderar la importancia de la estética y la ornamentación en nuestras construcciones.
