PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1987 Brodsky carga el mundo de intensidad y
lidia con sus percepciones en frases que brillan con imparcialidad en
aquello que se les pide que sostengan. No existe voz ni visión
remotamente parecidas . The New York Times Book ReviewEn Marca de agua,
un mosaico de cincuenta y una breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve
de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relación entre
el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el
pasado, el deseo y su satisfacción, la vida y la muerte. Estampas
poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad
abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos
personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como
él mismo dice, la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la
recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático .
Esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se
asociarán para siempre en la mente del lector con el nombre de Venecia.