En "Un Idioma del Viento" de David Villagrán, cada poema nos invita a descubrir un mundo donde cada existencia tiene su propio idioma. A través de una delicada y profunda exploración, Villagrán nos muestra las ondas de lo que se hunde en los sueños, el capullo en el que nos encerramos, y la música de una radio que siempre resuena en la casa familiar. Los poemas se convierten en un reflejo de los nudos del árbol genealógico y de la mutación constante de nuestro contexto vital.
La voz del hablante se transforma y adopta diferentes matices a medida que atraviesa diversos procesos de la vida. En estos versos, somos testigos de la dualidad de ser padre y ser hijo, encapsulada en frases como: “Hay un corazón que se traduce a sí mismo / tan convencido de la eficacia de las palabras / que se identifica con ellas. Viaja”. Aquí, el viento, un elemento sensible a la presión, simboliza tanto una suave brisa como un feroz tornado, reflejando cómo puede agitar nuestro ánimo con violencia o con una pasión calmada.
Cada poema resuelve enigmas vitales con la misma serenidad con la que el agua resuelve crucigramas: “Toda la noche resuelve / mis crucigramas el agua / donde amor y sufrimiento / se confunden como sal / y azúcar en el piso”. David Villagrán nos ofrece una perspectiva donde la poesía se convierte en un espejo de nuestras propias vidas, brindándonos un lenguaje para comprender la belleza y la complejidad del mundo que nos rodea. "Un Idioma del Viento" es una obra que invita a perderse en sus versos y a encontrar nuevas formas de interpretar nuestras emociones y experiencias cotidianas.
