En “Sobre la naturaleza de los dioses”, Cicerón se adentra en uno de los debates de la filosofía antigua: la existencia y naturaleza de lo divino. En este diálogo, tres interlocutores representan las principales corrientes filosóficas de la época: el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo académico. A través de un intercambio reflexivo y crítico, la obra explora preguntas esenciales: ¿Qué son los dioses? ¿Qué relación tienen los hombres y el universo? ¿Es posible conocer la verdad sobre lo divino? Cicerón no busca ofrecer una respuesta definitiva, sino exponer las fortalezas y debilidades de cada postura, permitiendo al lector reflexionar sobre estos temas. Este tratado no solo revela la riqueza intelectual de filosofía romana, sino que también constituye una meditación atemporal sobre la fe, la razón y el límite del conocimiento humano.
