A veces no consideramos el largo plazo, a veces nuestro optimismo es poco realista, a veces no vemos lo que tenemos delante, y tomamos decisiones que van en contra de los propios intereses. Con esta evidencia en mente, Sunstein ofrece un argumento poderoso, provocativo y convincente a favor una nueva forma de paternalismo gubernamental, que proteja a la gente de sus propios errores, pero sin coartar su libertad y reconociendo los riesgos de extralimitarse.No obstante, la idea del paternalismo suele provocar rechazo, especialmente si proviene del gobierno. Muchos piensan que los seres humanos deben estar en capacidad de actuar a su manera, incluso si esto les perjudica. Ante esta opinión, Sunstein propone un proteccionismo moderado, que recurra a “empujoncitos” y que tenga como único fin proteger las personas, especialmente en temas como la obesidad, el tabaquismo, la conducción temeraria, la salud pública, la alimentación saludable y otros temas de interés general.En contra de quienes rechazan cualquier tipo de paternalismo, Sunstein muestra que la 'arquitectura de elección' es inevitable y que, por lo tanto, también lo es cierto grado de paternalismo, e insiste en que hay razones profundamente morales para asegurar que la arquitectura de elección sea útil y no perjudicial, y que mejore y prolongue la vida de las personas.