Las fórmulas políticas creadas desde la Revolución de Febrero, dominadas por liberales y socialdemócratas, se mostrarán incapaces de dar solución a los problemas más apremiantes del pueblo ruso: hacia el interior, no resolvieron el problema del hambre ni el del acceso a la tierra; hacia el exterior, no estuvieron a la altura de una política digna y audaz de paz. Así, si esto ya los había desacreditado, cuando el pueblo los descubrió sin mayores argumentos que el complot reaccionario, les dio vuelta la espalda por completo. Paralelamente, el partido bolchevique, desde una posición minoritaria, se transformaría en la principal fuerza orgánica revolucionaria, no sólo por la vocación popular de su programa o porque uniera a este una definición político-estratégica prácticamente incontrarrestable: la consigna de «todo el poder a los sóviets»; por sobre dichos elementos, Trotsky destaca la ética política de los bolcheviques.
ISBN:978-956-00-1001-8 Formato: 17x24 cms. Nº de páginas: 520 Peso: 0,500 Año de publicación: 2017