En 1900 Francia vive efervescencia política donde las ideologías socialistas y anarquistas encuentran terreno fértil entre los obreros que padecen las condiciones de una industria rapaz. En este ambiente cada vez más precario, los individuos, desesperados por hacerse escuchar, toman decisiones extremas. El joven Jules Bonnot encarna todo lo que la opinión oficial de su tiempo condena y, aunque trata de ser un buen ciudadano, su destino lo lleva más allá, hasta llegar a un punto sin retorno donde las fronteras entre justicia y crimen se desvanecen y sólo prevalece el deseo de ver el mundo arder.