Con la publicación de Fabricante de Sueños, Patricio Zulueta se integra con cualidades propias a la lista de cuentistas con acento en el humor, por mérito de las especiales características de sus métodos narrativos: el socavamiento de la realidad cotidiana con irrupciones fantásticas; el negro sarcasmo aplicado sin piedad sobre las relaciones amorosas; la pasión convertida en rotundo fracaso o en crimen; la ilusión destruida con ferocidad y mofa; la burocracia donde se refugia el funcionario sádico o ineficaz.
Hay también otra clase de relatos donde el humor no tiene espacio. Se trata de historias fantásticas de sórdido y sorpresivo final, de corte gótico más bien clásico. El realismo mágico también es un recurso que Zulueta utiliza en algunos casos, con mucha fineza y discreción y con el cuidado de no abusar ni recaer en lo burdo.
El motivo del sinvergüenza o "pillo", como lo denominamos los chilenos, también aparece en varios relatos, utilizando con singular gracia, como para demostrar que el espíritu de Pedro Urdemales sigue bastante presente en nuestra moderna sociedad.