El Marqués de Sade, también conocido como el divino marqués, es una figura emblemática de la literatura maldita. Su filosofía se basa en la absoluta libertad, sin ningún tipo de restricciones éticas, religiosas o legales. Este espíritu libre e irreverente ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura.
Donatien Alphonse François de Sade, nacido en 1740, proviene de una familia aristocrática y fue educado por su tío, el abate de Sade, un erudito libertino que ejerció una gran influencia en él. A lo largo de su vida, el Marqués de Sade fue encarcelado en múltiples ocasiones y pasó 29 años de su vida en prisión, durante los cuales escribió gran parte de su obra. Sus escritos, que fueron prohibidos en el siglo XIX, han sido posteriormente reivindicados y estudiados en profundidad.
Los surrealistas consideraron a Sade como un revolucionario y un anarquista, destacando su visión moral y política como una apología de la libertad y la Revolución. En sus textos, combina relatos pornográficos con la exposición de un sistema filosófico materialista y ateo. Su obra ha sido objeto de controversia y debate, pero su impacto en la literatura y el pensamiento aún perdura en la actualidad.
El legado de Sade trasciende las convenciones sociales y desafía los límites de lo establecido. Su figura y su obra continúan generando reflexión y análisis en torno a la libertad, la moral y el papel del individuo en la sociedad. El Marqués de Sade es, sin duda, una de las figuras más provocativas y transgresoras de la historia literaria.