Putnam se enfrenta a las cuestiones planteadas por Franz Rosenzweig en El libro del sentido común sano y enfermo, unas reflexiones que afectan a su propia manifestación personal del judaísmo. Putnam destaca la importancia del «existencialismo religioso» de Rosenzweig, pero acaba por distanciarse de algunas de las tesis centrales del filósofo judeoalemán. Davidson continúa con su reflexión en torno a la filosofía como forma de vida y, a partir del caso de Putnam, plantea que la capacidad de transformar el pensamiento de uno mismo es una forma de ejercicio espiritual, entendido este en el sentido específico que le confirió Pierre Hadot.