Atravesados por la muerte y el viento quemante de la Patagonia, los diez relatos que componen «Terremoto blanco» sorprenden por su estilo cautivador. Un niño al que todo el pueblo cree embrujado, la disputa comunitaria contra un sacerdote involucrado en una masacre de perros callejeros, el acoso sufrido por dos adolescentes en manos de marinos rusos mercantes, o una niña que vive recogiendo erizos y sueña con visitar las profundidades del mar. Todo -o casi todo-, parece fluir en estos punzantes y enigmáticos cuentos que, cruzando épocas y voces, comparten parques y avenidas, tallando así una cartografía subterránea de la zona más austral y recóndita del país