Entre tinieblas, transita por
sus calles, y en los instantes en que un débil rayo de luz hace
visible el paisaje, el obturador de su cámara logra capturar
horizontes difusos, huellas inciertas, vehículos olvidados,
interiores desolados, y las siluetas de aquellos fantasmas que,
con una prisa extraña, transitan por una ciudad desahuciada
antes de que todo vuelva a la oscuridad…
¿Acaso son estos los espectros de un país al que se le
alteró el tiempo y el espacio? ¿Por qué van como extraviados,
desorientados? ¿Qué buscan? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿A
qué le temen? ¿De qué escapan?
Hay imágenes a las que no alcanzó a tocar la luz, por
lo que el fotógrafo las develó con palabras.
Mauricio Valenzuela es quien ha abierto esta caja del
tiempo para liberar la memoria de la ausencia y el abandono,
para purgar aquella «sangre derramada» y dar nueva luz y
existencia a esos espectros que deambulaban buscando la
vida –o buscando la muerte– en ese Chile de la década de los
ochenta.
Mauricio Valenzuela
Lom