El 22 de febrero se nos anunció que
regresaríamos a Colombia. Teníamos ocho meses de estar en Mobile,
Alabama, Estados Unidos, donde el A.R.C. Caldas fue sometido a
reparaciones electrónicas y de sus armamentos. Mientras reparaban el
buque, los miembros de la tripulación recibíamos una instrucción
especial. En los días de franquicia hacíamos lo que hacen todos los
marineros en tierra: íbamos al cine con la novia y nos reuníamos después
en Joe Palooka, una taberna del puerto, donde tomábamos whisky y
armábamos una bronca de vez en cuando. Mi novia se llamaba Mary Address,
la conocí dos meses después de estar en Mobile, por intermedio de la
novia de otro marino. Aunque tenía una gran facilidad para aprender el
castellano, creo que Mary Address no supo nunca por qué mis amigos le
decían «María Dirección». Cada vez que tenía franquicia la invitaba al
cine, aunque ella prefería que la invitara a comer helados. Nos
entendíamos en mi medio inglés y en su medio español, pero nos
entendíamos siempre, en el cine o comiendo helados.»