Las
desigualdades en todos los ámbitos de la vida diaria, los abusos de
poder cotidianos, la codicia de los especuladores, la impunidad
histórica y la nueva de quienes cometen delitos de cuello y corbata, la
mala calidad de vida, los salarios que no alcanzan, la postergación de
los más pobres, la discriminación de clases y género, y una lista aún
más larga de distintas formas de opresión fueron las causas de raíz del
levantamiento popular de octubre de 2019. Un hecho histórico que, más
allá de las salidas políticas que fueron experimentadas, ha marcado al
país. Y seguirá haciéndolo.
La revuelta social
no se explica sin sumar a los malestares la amplia y multifacética
movilización popular previa a octubre. En el ciclo corto de organización
y movilización se inscriben los estudiantes, trabajadores (sobre todo
los movilizados contra las AFP) y el muy potente despliegue del
feminismo, que se constituye en uno de los pilares más fuertes desde el punto de vista ideológico, organizativo autónomo y creatividad.