Nadie nos enseña a ser padres es quizá uno de los lamentos más recurrentes de padres y madres que naufragan ante las rabietas de hijos pequeños que lloran sin pausa, o adolescentes que dan portazos, responden con gritos y desafían cada una de las normas impuestas en casa. No hay fórmulas mágicas para resolver estos problemas, afirma Amanda Céspedes, especialista en neuropsiquiatría infantil y juvenil, pero sí es posible aprender a acompañar amorosamente el desarrollo de los niños, conducirlos como hace el cauce al agua de un río, pactar límites y enseñar normas sin gritos, amenazas ni castigos. Niños con pataleta, adolescentes desafiantes, que celebra diez años de publicación como un texto de referencia para padres, insiste en que en términos de crianza, sólo el sentido común, la cordura, la intuición y, por encima de todo, el amor, pueden colaborar a hacer más fácil la tarea. De eso depende cómo serán los hombres y mujeres del futuro. Y todo nuestro mundo. Amanda Céspedes Calderón (Iquique, 1947) estudió medicina en la Universidad de Chile, con especialidad en psiquiatría infantil y juvenil, y realizó un posgrado en neuropsicología y neuropsiquiatría infanto - juvenil en la Universitá degli Studi de Turín, Italia. Docente en diversas universidades chilenas, dirige el Instituto de Neurociencias Aplicadas a la Educación y la Salud Mental del Niño. Es también miembro del Colegio de Psicólogos de Perú y de la Sociedad de Dislexia de Uruguay. Entre sus numerosos libros dedicados a los niños, la educación y la crianza, destaca Educar las emociones, educar para la vida (Ediciones B, 2007) que cuenta con catorce ediciones.