Durante la adolescencia, los nuevos desafíos del primer amor, del deseo de ser reconocido y aceptado por los demás o del distanciamiento de la familia pueden convertirse en vivencias amargas que abren antiguas heridas de traumas infantiles. Por eso, Boris Cyrulnik cuenta a través de historias reales cómo en la adolescencia las personas pueden superar episodios dramáticos y retornar de callejones sin salida gracias a la resiliencia, una capacidad que los maestros, tutores y amigos pueden y deben apoyar en esta fase especialmente vulnerable de la vida, y que es un prodigioso antídoto de las heridas que dejan los traumas."Los libros de Cyrulnik tienen una virtud terapéutica: permiten a la gente descubrir que se puede sobrevivir"L'Express"Después de haber esclarecido los procesos de resiliencia desde la más tierna infancia en Los patitos feos , el neuropsiquiatra y psicoanalista se interesa por la adolescencia de los niños maltratados. El murmullo de los fantasmas es tan penetrante, perspicaz y humano como sus libros anteriores."Elle"Cuando se lee o escucha a Cyrulnik, vuelve la esperanza y la posibilidad de superar los problemas se convierte en evidencia. Es el tono profundamente humano de un experto del alma que cree en el futuro del ser humano. Es como una brisa de oxígeno."L'Est Républicain"En este libro, un verdadero mensaje de esperanza, Cyrulnik explica cómo el fracaso del pasado aún murmura al niño que hay dentro del adolescente cuando éste crea nuevos lazos afectivos y sociales. Para algunos es el momento de realizar los sueños que les ayudaron a no sucumbir. Existir para alguien, dar y recibir, querer vivir y escuchar como tono de fondo un leve soplo murmurándonos que nos espera, como un sol impensable, la felicidad."FeminaINTRODUCCIÓNI. LOS CHIQUILLOS O LA EDAD DEL VÍNCULOSin sorpresa no emergería nada de lo realUn golpe hace daño, pero es la representación del golpe lo que causa el traumatismo.Cuando la caída de una bayeta se vuelve aterradoraUn acontecimiento es un relieve sensorial y de sentido.Un corro infantil que es como una varita mágicaEl acontecimiento es una inauguración, como si naciéramos a la idea que nos hacemos de nosotros mismos.Así es como los hombres hacen hablar a las cosasUna cereza en un montón de basura puede representar tanto una esperanza como un borrón.La alianza del duelo y de la melancolíaLa pérdida de la capacidad de amar y de trabajar se transforma en agresividad contra el propio sujeto.¿Es más demoledor el vacío de la pérdida que un entorno destructor?La separación protege al niño pero no cura su traumatismo.Un rescoldo de resiliencia puede reavivarse si se le soplaTres malos chicos abandonados, al sentirse responsables de una anciana vulnerable arreglaron la casa y su propia estima.Cómo conseguir que un niño maltratado repita el maltratoEl medio más seguro de comprobar la veracidad de este eslogan es no ocuparse de estos niños.La triste dicha de Estelle era, pese a todo, un progresoEstelle hace un trabajo que no le gusta, y en compañía de un hombre al que no quiere: se encuentra mucho mejor.La resiliencia de los niños de la calle en la Suiza del siglo XVIEl colegio se convierte en un acontecimiento capital porque constituye el primer paso hacia la socialización.Se sentían amables porque les habían amado: habían aprendido la esperanzaEl momento más propicio para la impregnación de este vínculo se produce durante los primeros meses de vida. Después, sigue siendo posible, pero es más lento.Dar a los niños el derecho de darDar un regalo u ofrecer un espectáculo permite restablecer la igualdad.No se puede hablar de traumatismo más que si se ha producido una agonía psíquicaSi no, es una prueba.La narración permite volver a coser los trozos de un yo desgarradoLa herramienta que permite realizar este trabajo se denomina "narración".La huella de lo real y la búsqueda de recuerdosLa fuerza de lo real crea sensibilidades preferenciales y habilidades relacionales.Cuando el recuerdo de una imagen es nítido, la forma en que se habla de él depende del entornoLos recuerdos de un niño son luminosos, pero las palabras que se vierten sobre el niño pueden enturbiarlos.El colegio revela la idea que se forma de la infancia una culturaCuando se piensa la infancia de forma diferente es que la cultura está cambiando.El día de su primera asistencia al colegio, el niño ya ha adquirido un estilo afectivo y aprendido los prejuicios de sus padresAmar, trabajar y elaborar historias son tres condiciones de la vida humana que deben repensarse por completo debido a los descubrimientos científicos.Algunas familias bastión resisten a la desesperación culturalIncluso en un contexto de gran miseria es posible encontrar familias estructuradas que dinamizan a sus hijos.Cuando los niños de la calle resisten a las agresiones culturalesLa vulnerabilidad social de una madre no acarrea forzosamente una carencia afectiva.Hemos descuidado el poder moldeador de la interacción entre los propios niñosA partir de la edad de seis años, los niños empiezan a sustraerse a la influencia de los padres.Un encuentro mudo pero preñado de sentido puede adquirir un efecto de resilienciaUn gesto minúsculo puede transformar una relación.Se pueden invertir grandes energías en el colegio para complacer a los padres o para escapar de ellosVas a ser nuestro orgullo o vas a traicionarnos.La creencia en los propios sueños entendida como una libertad interiorNo responder a los demás para realizar mejor los propios proyectos.Una defensa legítima pero aislada de los demás puede volverse tóxicaEl hecho de replegarnos sobre nosotros mismos nos protege del dolor pero puede dificultar la resiliencia.El colegio es un factor de resiliencia cuando la familia y la cultura le dan ese poderCuando la amenaza no viene más que de los adultos, el colegio es una reprimenda, pero cuando viene del exterior, el colegio se convierte en un puerto que brinda seguridad.El extraño hogar del niño adultistaCuando los padres son vulnerables, los niños se ocupan mucho de ellos.La oblatividad mórbida, es decir, la excesiva dádiva de uno mismo, como precio de la libertadNo se gana impunemente la libertad.Desembarazarse del sacrificio para ganar la propia autonomíaCuidar de los débiles para revalorizar y no para dominar.II. LAS FRUTAS VERDES O LA EDAD DEL SEXOLa narración no es el retorno del pasadoComponer la narración de uno mismo es reconstruir el propio pasado, modificar la emoción y adquirir un compromiso diferente.Todo relato es una herramienta para reconstruir el propio mundoUn acontecimiento no es lo que se puede ver, es lo que uno hace de él para convertirse en alguien.Debatirse y después soñarCuando se vive una angustia, la ensoñación produce una esperanza enorme.La casa de fieras imaginaria y la novela familiarUn niño adquiere seguridad mediante las buenas compañías que acaba de inventarse. No hay creación sin efecto.Dar forma a las sombras para reconstruirse. La omnipotencia de la desesperaciónCuando lo real es inasimilable, todo dibujo nos da seguridad porque da forma al mundo.Los libros del yo modifican lo realCuando la ficción actúa sobre los hechos, lo real se ve poetizado.La literatura de la resiliencia actúa más en favor de la liberación que de la revoluciónEn las sociedades totalitarias no estamos seguros de tener derecho a contar nuestra vida privada.Fingir para fabricar un mundoTodas nuestras actividades fundamentales son puestas en escena en primer lugar en las tablas de nuestro teatro preverbal.La mentira es un escudo contra lo real, y la mitomanía algo que sólo esconde las miseriasEl mentiroso se protege. El mitómano se repara en el instante de la añagaza.La ficción posee un poder de convicción muy superior al de la explicaciónNinguna ficción se inventa de la nada.Prisionero de un relatoCuando lo real produce náuseas, la belleza sólo nos llega a través de la imaginación.El poder reparador de las ficciones puede modificar lo realHa utilizado la mentira para construirse a sí mismo.Un veterano de guerra de 12 añosDesvaloriza a las víctimas, niega su sufrimiento y sueña con volver al colegio.Cuando la paz se vuelve aterradora¿Cómo se las arregla uno para vivir en paz en un país en el que no hay ninguna estructura afectiva o cultural?Desgraciados los pueblos que tienen necesidad de héroesSe sienten humillados y se restauran sacrificando a uno de los suyos.La ventura del niño herido que tiene necesidad de héroesNo sé por qué me resulta tan fácil admirar.La angustia de quien se lanza al agua desde una gran alturaMe piden que me zambulla en la vida social, pero ¿cómo sé que hay agua?Hasta los más fuertes tienen miedo a lanzarseNo hay relación entre la dosis y el efecto: no es más fuerte quien más amor ha recibido.El hecho de creer en un mundo justo da una esperanza de resilienciaBuscarlo es ya construirlo.¿Es posible convertir a una víctima en una gran figura cultural?Cuando el horrible cuento de hadas corresponde a una expectativa social.Cómo descongelar a un niño heladoLa negligencia afectiva es sin duda el maltrato que más aumenta en Occidente, pero también es el más difícil de percibir.Aprender a amar a pesar del maltratoAl nacer, los amores provocan metamorfosis.Remendarse tras el desgarroLa forma en que se reconcilian los enamorados puede evitar que la resquebrajadura se convierta en ruptura.La cultura es la encargada de avivar las brasas de la resilienciaCuando la ideología del vínculo impide esta recuperación de la llama.Asumir riesgos para no pensarAl obligar a lo inmediato, la intensidad del riesgo permite evitar la reflexión.Balizas culturales para la asunción de riesgos: la iniciaciónArrostrar un peligro nos ayuda a descubrir quiénes somos. Todo acontecimiento nos ayuda a tematizar nuestra existencia.La seguridad afectiva y la adquisición de responsabilidades sociales son los factores primordiales de la resilienciaNo podemos afirmar que un vínculo perturbado conduzca a las drogas. Pero sí podemos afirmar que un vínculo sereno casi nunca conduce a ellas.