Una burla sobre los prejuicios vigentes en la época de Casanova, acerca de la carencia de raciocinio que los médicos atribuían a las mujeres.
Publicado en 1772 Lana Caprina fue el primer éxito editorial de Giacomo Casanova, hasta el punto de que la tirada de 500 ejemplares, editados por su protector veneciano, Marco Dandolo, se agotó en quince días. Fue el primer éxito literario de su autor. Escrito en formato de epístola, la obra aborda el tema que probablemente mejor conocía: las mujeres. Inspirándose para el título en la epístola de Horacio: ?Alter rixatursaepe caprina? (?Siempre hay quien discute a propósito de la lana caprina), es decir, por tonterías, se trata de una sólida y satírica, pero también divertida, diatriba contra los doctores en Anatomía. Parodiando el modelo de debate erudito que se estilaba en el mundo científico, Casanova se burla de los prejuicios vigentes en su época acerca de la carencia de raciocinio que los médicos atribuían a las mujeres. El escritor veneciano redactó la carta después de una visita a la librería de Taruffi, en Bolonia, donde un monje bizco le habló de los dos libros que se habían escrito sobre la mujer y su útero. En el primero, titulado El útero pensante, cuyo autor era un profesor de Anatomía de la Universidad de Bolonia, se argumentaba que el útero era el órgano que gobernaba sobre la mujer, el que pensaba y la obligaba a actuar. En respuesta a este libro, otro doctor en Anatomía publicó el libro Fuerza vital, en el que se reconocía que el útero era ?un animal?, pero sin ningún poder sobre la razón de la mujer, porque no existía canal de comunicación entre el útero y la razón. Ante semejante discusión, que se hizo célebre en la época, Casanova escribió este ensayo para reírse de los dos doctores y de la polémica que se había montado en torno a una nadería: la lana caprina.