Protagonista explosiva de la poesía chilena del siglo XX, Stella Díaz Varín fue una mujer de armas tomar. Temprana precursora de la actividad punk, feminista libertaria, belleza discola e inalcanzable. La Colorina llegó casi a los ochenta años de edad convertida en un mito viviente, guardiana lírica capaz de quebrarse los puños contra narices de infames y perversos, como también de realizar los más ejemplares despliegues de ternura y solidaridad. A fines de los años noventa, la periodista Claudia Donoso comenzó la aventura de indagarla, de conocerla de manera cada vez más íntima, sin imaginarse acaso que terminarían siendo tal para cual. Yendo de la cocina al living, en este libro -un luminoso concentrado de las conversaciones que sostuvieron hasta la muerte de Díaz Varín, ocurrida en 2006- vuelven a conocerse, a entrar en confianza, a ser otra vez las amigas inseparables que se sorprendían de su lazo afectivo frente al mar, mientras iban desentrañando el pasado, los cuentos personales, el humor, las miserias, las felicidades y todos los matices que constituyen la inmensa figura de la pelirroja atómica de la literatura chilena. Se habla aquí de escritores chilenos, sí, y proliferan los más alegres pelambres, los afectos, las mezquindades políticas, los horrores de la dictadura, los sueños colectivos, y a la vez se traza un perfil biográfico de una poeta que ya es un hito imborrable de las glorias y vilezas de nuestras letras, así como la bitácora de una amistad entre dos mujeres que, despidiéndose, hallaron un lugar de encuentro vital entre cuadernos, ollas y memorias: un lugar en que dichas y desdichas se enlazan en un abrazo probablemente eterno.