«La mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma
eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su
ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas
en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido
totalmente diferente. No se vive más que una sola vida, pero, por la
empatía, a veces es posible salirse de la propia piel. Me siento
solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr
sus objetivos; pero eso no me impide, al contrario, interesarme por
aquellas que, de un modo u otro, han fracasado y, en general, por esa
parte de fracaso que hay en toda existencia». Simone de Beauvoir
«La
mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma eligió:
una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo
cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas en estos
relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido totalmente
diferente. No se vive más que una sola vida, pero, por la empatía, a
veces es posible salirse de la propia piel. Me siento solidaria de las
mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr sus objetivos;
pero eso no me impide, al contrario, interesarme por aquellas que, de un
modo u otro, han fracasado y, en general, por esa parte de fracaso que
hay en toda existencia». Simone de Beauvoir