Lejos de ser un libro bélico al uso, la rememoración del servicio militar del autor supone una sucesión de días vacíos de contenido y exentos de cualquier rasgo de heroísmo. Esta experiencia ayudará a Frisch a explorar uno de sus temas predilectos: las tensiones a las que se ve somentido el individuo dentro del grupo y su lucha por mantener su identidad.
El distanciamiento irónico que guarda el autor frente los hechos narrados y el uso de una prosa precisa y contenida hacen aflorar imágenes de gran belleza que se van entrelazando con reflexiones sobre la sinrazón y el absurdo de la guerra. El resultado es un potente alegato contra el militarismo y la vida castrense a la vez que un incómodo cuestionamiento de la supuesta neutralidad suiza durante la contienda.