El relato es que estamos cansadas de estar siempre comenzando. Y sobre todo, estamos cansadas de ser invisibles. A estas alturas, resulta casi imposible cambiar actitudes y valores en un cuerpo agotado por la doble y triple jornada, por las microviolencias y micromachismos diarios, -en el trabajo y en las relaciones personales-, por la exigencia del mito de la belleza y la eterna juventud, la medicalización excesiva del cuerpo y la patologización de todos los procesos naturales de nuestros cuerpos. Invisibles. Los cambios sociales, el desarrollo del cuerpo legal y jurídico respecto a la igualdad entre mujeres y hombres, el desarrollo de la teoría de género y del pensamiento feminista, la incorporación tanto de acciones positivas como de la transversalidad en la acción de gobierno nos indican éxitos. Sin embargo, en el día a día, los indicadores no se muestran tan complacientes: las brechas salariales y digitales, la violencia de género, la precariedad, el mito de la conciliación o, peor aún, de la corresponsabilidad… La realidad de las mujeres nos indica que, o bien solo se ha maquillado el rostro pero la estructura permanece tal cual o, como ya escribió Susan Faludi, ante la posibilidad de cambios reales en las relaciones de género, la reacción patriarcal no se ha hecho esperar. Nos hemos hecho mayores y no nos gusta lo que vemos. Es tiempo de nuestra propia reacción. Hemos sido hormigas. Ya es hora de que nos toque ser cigarras. ENGLISH DESCRIPTION This story talks about how women are simply tired of always starting over. Women are tired of being invisible. At this point, it is almost impossible to change attitudes and values in a body exhausted by the double and triple standards that women must endure. We are older andwise and we do not like what we see. It is time for us to take charge!