Con la sola ayuda de una grabadora y una pluma, Svetlana Aleksiévich se empeña en mantener viva la memoria de la tragedia que fue la URSS, en narrar las microhistorias de una gran utopía. «El comunismo se propuso la insensatez de transformar al hombre “antiguo”, al viejo Adán. Y lo consiguió […]. En setenta y pocos años, el laboratorio del marxismo-leninismo creó un singular tipo de hombre: el Homo sovieticus», condenado a desaparecer con la implosión de la URSS. En este magnífico réquiem, la autora reinventa una forma literaria polifónica muy singular que le permite dar voz a cientos de damnificados: a los humillados y a los ofendidos, a madres deportadas con sus hijos, a estalinistas irredentos a pesar del Gulag, a entusiastas de la perestroika anonadados ante el triunfo del capitalismo, a ciudadanos que plantan cara a la instauración de nuevas dictaduras… Un texto extraordinario por su sencillez, que describe de un modo conmovedor la sobrecogedora condición humana.
Pocos escritores han retratado como ella el alma de la Unión Soviética desde la II Guerra Mundial hasta la derrota de Afganistán y Chernóbil.Pilar Bonet, El País Semanal
Como las literaturas del Holocausto o del Gulag soviético, estas son narraciones estremecedoras, verdaderas, que dan voz e identidad a millares de personas, y que pertenecen a una especie de periodismo profético y trágico, que nos proporciona visiones del apocalipsis en pleno siglo XX e incluso nos advierte respecto al futuro a través de las estampas soviéticas de la guerra o de la catástrofe.Lluís Bassets, El País (Babelia)
Un libro extraordinario, minucioso, compuesto por miles de entrevistas, atento a la épica y a la tragedia de los pueblos y de los ciudadanos.Daniel Capó, Diario de Mallorca