La escritura de Eugenio Dittborn anda al acecho de imágenes, palabras u objetos para buscar, a través de ellos, una poética única, la que se despliega al discurrir acerca de otros y de sí mismo. Así, en este conjunto de textos –que van desde sus primeros catálogos hasta sus comentarios sobre el trabajo de artistas actuales– hay algunos inéditos, mientras que, los ya publicados, han sido reelaborados para esta edición. Para su autor las palabras son clave, atraviesan toda su obra visual, pues son una “asociación de partes de la misma especie, sin protagonismos, centro ni dirección estable”. Dittborn es un estilista que, dentro de su hermetismo, se disfruta, del modo que se hace cuando nos enfrentamos a la poesía, género que ha estado presente en toda su trayectoria. Como en su pintura aeropostal, sus términos viajan, tensionan las fronteras materiales y expresivas, visuales y residuales, para enfrentarnos a aparatos híbridos, poemas en prosa, ensayos, artefactos, torceduras y juegos del lenguaje, donde el origen muchas veces se confunde con el destino. Escrita, su primer libro enteramente dedicado a sus textos, se concentra en uno de los ejes de producción del Premio Nacional de Arte de 2005, las relaciones de la palabra inscrita, de las posibilidades de significación en tensión y en permanente juego con lo visual.