La difusión de la obra de Robert Musil en el ámbito castellano se debe, en gran medida, a la mirada entusiasta de Juan García Ponce, la cual compartió con sus lectores desde diversas artistas. A lo largo de los quince ensayos reunidos en este volumen, el crítico y escritor mexicano desmenuzó los temas que preocuparon al autor del inconcluso El hombre sin atributos y detalló el espíritu, el pensamiento y la evolución de una obra capaz de recrear el mundo. Otro de nuestros grandes críticos, José Emilio Pacheco, consideraba que la obra del escritor austriaco se abrió camino poco a poco hasta ser considerado uno de los monumentos perdurables de la narrativa contemporánea.