Los dos textos íntegros que nos han llegado de Gorgias, el Encomio de Helena y su menos conocida Autodefensa de Palamedes, son ejemplos vivaces de la mejor oratoria del siglo V a. C. y también del primer movimiento sofístico, un tipo naciente de discurso que comienza a comprender por primera vez el enorme poder de la palabra, de la mano de un interés por asuntos abstractos y eminentemente filosóficos, como la naturaleza de la imputabilidad, de la estructura de la argumentación y de las emociones. Lo mismo puede decirse de la obra más famosa del sofista, Sobre lo que-no-es o sobre la naturaleza, que arremete magistralmente contra la ontología de los presocráticos, poniendo también en tela de juicio la posibilidad del conocimiento y de la comunicación.