Robert Louis Stevenson fue uno de los gigantes de la novela de aventuras, pero también fue uno de los grandes conocedores de la mentalidad humana, por lo que era de rigor que tarde o temprano escribiera un clásico imperecedero como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886). Lúcido testigo de la Revolución Industrial ocurrida en el Reino Unido, Stevenson reflexiona acerca de los límites del método y de la ética científicos, pero, sobre todo y de una manera absorbente e inolvidable, de la dualidad entre el bien y el mal.