Después de la magnífica Cosas que no quiero saber, Deborah Levy sigue su trilogía autobiográfica con El coste de vivir. La autora empieza a escribir este segundo volumen de sus memorias cuando con cincuenta años se ve forzada a reinventarse: su matrimonio ha terminado, sus ingresos escasean, su madre se está muriendo y sus hijas empiezan a abandonar el nido. En un momento en que la vida tendría que volverse plácida, Levy decide abrazar el caos a cambio de recuperar, oculto bajo capas y capas de resignación, un nombre propio. Con elocuencia, sensibilidad y un delicioso sentido del humor, Levy se pregunta cuál es ese papel ficticio escrito por hombres e interpretado por mujeres al que llamamos feminidad. Cualquiera que haya luchado por ser libre y por construir una vida propia sabe que es precisamente eso, una lucha constante en la que se paga un coste por vivir.