El concepto de hombre superfluo, como hombre inteligente, sensible e idealista pero nihilista e indeciso, se hizo popular gracias a la publicacion de esta obra de Ivan Turguenev en 1850. Este es un personaje tipo en la literatura rusa del siglo XIX y su recurrente presencia en poemas, novelas y teatro acabo convirtiendolo en un arquetipo nacional. Poco antes de morir, Chulkaturin decide iniciar un diario con el que se despedira de este mundo. No sabe que puede contar, pues se considera, simplemente, un hombre superfluo, prescindible por completo. Su infancia fue normal y no ha hecho nada reseñable en toda su vida. Tampoco se ha preocupado por sus relaciones con los demas. Ni siquiera cuando conocio a Yelizaveta... El concepto de hombre superfluo, como hombre inteligente, sensible e idealista pero nihilista e indeciso, se hizo popular gracias a la publicacion de esta obra de Ivan Turguenev en 1850. Este es un personaje tipo en la literatura rusa del siglo XIX y su recurrente presencia en poemas, novelas y teatro acabo convirtiendolo en un arquetipo nacional. Juan Berrio ha ilustrado magnificamente este clasico inolvidable.