«El
concepto de una vida “vida verdadera” implica que rechacemos las
desviaciones que nos imponen lo cotidiano, la sociedad y el mercado, y
que sepamos discrepar de la vida reglada, para así poder plantearnos que
otra vida es posible. Al no tener pretensiones de ser “beneficioso”,
este ensayo tan erudito como actual es un libro de combate con la
filosofía como arma». Le Figaro
«François Jullien no pretende dar la receta ni las claves de la
sabiduría, sino que cuestiona con rigor la filosofía de la existencia.
Reelaborando el concepto de “vida verdadera”, el autor nos propone cómo
oponernos a los movimientos de resignación y estancamiento de nuestras
vidas». Le Temps
«François Jullien denuncia la actual mercantilización de la felicidad,
un seudopensamiento que hay que combatir tanto como hay que resistir a
la seudovida. Ante la resignación y la alienación que nos acechan,
propone abrirse a nuevas posibilidades que despierten en nosotros
emoción y, por tanto, disidencia». Libération
«Mujer u hombre, joven o viejo, cultivado o no, todos nos preguntamos en
algún momento: ¿Y si he equivocado mi camino? ¿Acaso estoy perpetuando
una existencia ficticia y atrofiada? ¿No será esta la vida auténtica? ¿Y
si hubiera otra más intensa, más libre, plena y sorprendente, más feliz
que esta rutina, que esta seudovida? Ante el espacio creciente que la
industria de la felicidad ocupa en nuestra sociedad, François Jullien
retoma el tema universal del desarrollo personal y, reubicándolo en la
tradición filosófica, nos ofrece un lúcido manual de resistencia». Le Monde
En ocasiones, nos asalta la sospecha de que la vida podría ser algo muy
distinto a la vida que vivimos. Que tal vez esta no sea más que una
apariencia de vida, que quizá se haya vaciado de su esencia sin que nos
hayamos dado cuenta y sea solo su simulacro o su parodia; porque
nuestras vidas se estancan, se resignan, quedan sepultadas bajo el
cúmulo de los días, se alienan y se cosifican bajo la influencia forzosa
del mercado y la tecnificación. Que tal vez estemos dejando pasar, sin
siquiera darnos cuenta, la verdadera vida.
Pero ¿qué es la vera vita? De Platón a Rimbaud, de Proust a
Adorno, esta pregunta se ha mantenido vigente a través de los tiempos.
No es la vida bella, o la buena vida, o la vida dichosa, tal y como la
ha ensalzado la tradición occidental. No se encuentra, de ninguna
manera, en el mercadeo de la felicidad y el desarrollo personal que
tanto negocio hacen hoy en día. La vida auténtica no proyecta ningún
contenido ideal, ni cae tampoco en la autocelebración propia del
vitalismo. Es, por el contrario, el rechazo obstinado a la vida perdida,
el no rotundo a la seudovida. La verdadera vida es tratar de resistir a
la no-vida, del mismo modo que pensar es resistir al no-pensamiento.