En diversas ocasiones Joaquín Giannuzzi definió el arte de Occidente como una larga queja contra la muerte. Sus poemas así lo atestiguan. En ellos abunda la agonía de criaturas y objetos, los cuales, al desfallecer o al enfrentarse a la muerte, emergen como símbolos de la finitud de la vida humana.
Esta antología, cuyo título proviene de un verso del autor, recoge una selección de poemas ordenados cronológicamente, desde el primer hasta el último libro del poeta argentino. Son poemas donde, como señala Mario Sampaolesi, «el sentimiento dramático de la vida adquiere consistencia». Pero lo hacen de manera cercana, sin aires de grandeza y sobre todo con un tono, una forma y un léxico que no dejan de arrimarse al cotidiano, enarbolando una noción del poeta y de la poesía radicalmente civil y comprometida con la realidad.