Alicia Morel nos vuelve a encantar con la magia de los animales del bosque y con los relatos de nuestra tierra. En este volumen de cuentos, nos encontramos con una fiesta de rosas en donde el encargado de hacerlas bailar es el picaflor y su alegre aleteo. Mientras en la Rama nº 50, el torno da clases de vuelo y otras cosas importantes a un grupo de pajarillos, pero el zorzal no está muy entusiasmado con la idea de ir al colegio. A su vez, un inquieto e ingenuo sendero –desoyendo las advertencias del puma– abre camino hacia el pueblo a los espíritus malignos de los volcanes. Por otra parte, en el desván de una casa, un espejo roto declara su amor de años a una figura de porcelana un tanto altanera.
Los cuentos de este libro están alegremente acompañados por las ilustraciones de Fabián Rivas, quien les agrega un sello lleno de color y simpatía.