Y SIN EMBARGO, EL AMOR. Crece en esa zona contaminada, ensuciada de vid a y de muerte, de heridas que no cicatrizan y de cicatrices que impiden el olvido. El amor dibuja bordes opacos que impiden ver con claridad aquello que irrumpe intempestivamente. Es el nombre de esa contingencia que nos encuentra desarmados y balbuceando ante lo que se escribe como diferencia. Ese tropiezo que nos salva de caminar erguidos, el mal paso que nos posibilita detener la marcha seguro de sí para poder vacilar. Eros implica trastabillar lo suficiente como para querer seguir amando. Este libro trata de eso: reflexiones en torno del amor y el deseo, desde una perspectiva que flexiona feminismos y psicoanálisis. El psicoanálisis viene a darnos la posibilidad de que cese la obligatoriedad del mandato de felicidad tan insistente en sus variantes epocales. Los feminismos, el impulso para no caer en lugares comunes que no por muy transitados son verdaderos. En conversación con Jacques Lacan y Roland Barthes, pero también con Daft Punk y el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, con amigos y recuerdos vitales propios, la autora desmantela los clichés de la época sobre el amor y sus derivados. Escrito con elegancia y hondura, tiene la virtud de lo urgente, pero la potencia de sus argumentos lo convertirán en un clásico de un tema que supuestamente no admite nuevos clásicos. Y sin embargo, el amor.