A primera vista, las acuarelas de animales a gran escala tan sumamente detalladas recuerdan a los grabados de los ilustradores del siglo XIX John James Audubon y Edward Lear. Una segunda mirada más de cerca, sin embargo, revela un complejo universo perturbadoramente antropomórfico, lleno de símbolos, bromas pícaras y alusiones a la cualidad “operística” de la historia natural tradicional.