Los reportajes de Saint-Exupéry sobre Moscú son únicos por su interés
histórico y por la perspectiva del autor, cuya ironía y fina
sensibilidad los convierten en magistrales. Textos que van más allá del
reportaje periodístico y que gracias a la penetrante visión del escritor
transmiten no solo los hechos, sino también lo que se esconde detrás de
ellos.