Chiloé, aislado política y geográficamente del resto de Chile, se negó a reconocer la Independencia e incorporarse al territorio de la naciente República. Sin ayuda exterior, el archipiélago mantuvo tenaz resistencia hasta 1826. Última jornada narra las memorias de un capitán de artillería que estuvo en la caída de Ancud el día en que se terminó definitivamente el dominio español en Sudamérica.
Darío Cavada nos presenta la perspectiva del isleño, desde donde “se comprenderá muy bien que el chilote era realista muy fundadamente (…) y no por miopía intelectual ni por espíritu mercenario, como algunos propalan por allí tan superficialmente”.