Si entierras un deseo bajo la torre del carnero, tras siete años y siete meses se hará realidad… O eso es lo que Tsugu y sus amigos creían cuando eran niños.
Tras años de haberse mudado a la ciudad y a causa de algunos problemas familiares, Tsugu Miikura debe regresar a su pueblo natal. Entusiasmada por la posibilidad de reencontrarse con sus amigos de la infancia, Tsugu les envía una carta proponiendo reencontrarse en la antigua torre del carnero, pero pese a haber tenido un agradable reencuentro, pronto comprenderá que sus amigos ya no son las personas que recordaba, y que esas relaciones que antaño parecían inquebrantables fueron desgastadas por el tiempo convirtiéndolos en completos extraños.
