Desde hace años, el concepto del pensamiento paralelo acuñado por Edward de Bono se ha instalado en los comités ejecutivos y las reuniones directivas en todo el mundo: desde ejecutivos sénior de grandes empresas como Siemens, NTT o Prudential hasta gobiernos y estructuras administrativas. Durante más de dos mil años nos hemos conformado con discusiones poco o nada constructivas.