Omar Jayyam (1040 - 1123) es el más libre pensador de
oriente y llama poderosamente la atención que en ese colapso de la
cultura, denominado la Edad Media, haya podido lanzar al mundo, en pleno
fanatismo y oscurantismo, un mensaje ateo, iconoclasta, agnóstico y
heterodoxo, henchido de emoción lírica y panteísta, sin velos ni
cortapisas de ninguna clase. Nuestro poeta, fruto granado pero no
corrupto de la civilización persa la más refinada y exquisita de la
tierra, es un nihilista del pensamiento, sentimiento y voluntad que
llega, por exceso de sabiduría, al descreimiento sobre todo lo humano y
lo divino.