SIETE años después de Noche fiel y virtuosa y uno después de la
concesión del Premio Nobel de Literatura, Louise Gluck (Nueva York,
1943) regresa una vez más en su nuevo libro a una meditación sobre la
vejez, la muerte y la poesía: una exploración sobre que escribir cuando
el viaje se acerca a su inevitable final y la única posibilidad es el
silencio que ya anunciaba el lienzo en blanco del pintor de su libro
anterior. Los poemas de Recetas invernales de la comunidad -música de
cámara para un coro de voces espectrales, sobrias y elegíacas- nos
hablan de la vulnerabilidad y la fragilidad de un sujeto que en el
invierno de la vida, en un paisaje desolado donde no existen más que los
bosques, el frío, el viento y un sol del que solo sabemos por la sombra
que arroja, sigue rememorando con lucidez el pasado y con inquietud un
futuro que parece desprovisto de toda esperanza de renovación, cuando
todo regresa, pero lo que regresa no es lo mismo que se fue. Louise
Gluck siempre ha sido una poeta de la perdida, el si