Ganadora del primer premio Nan Shepherd de naturaleza Nina Mingya
Powles aprendió a nadar en Borneo, donde su madre nació y su abuelo
estudió los peces que habitaban sus aguas. La piscina a la que iba en su
infancia se convirtió en el primer cuerpo de agua que conoció. Desde
entonces, en sus múltiples viajes por todo el mundo, se ha encontrado
numerosos cuerpos de agua con diversos significados: desde la agreste
costa de Nueva Zelanda, pasando por Shanghái y Malasia, hasta un
estanque exclusivo para mujeres en el noroeste de Londres. Sin embargo, a
pesar de sus diferencias, todos ellos los ha sentido como su hogar. En
este ensayo, que mezcla la escritura sobre el mundo natural y sus
maravillas con elementos autobiográficos, Powles explora con delicadeza
los cuerpos de agua que nos separan y conectan en el mundo moderno, y
nos habla de lo que significa crecer entre dos culturas y sentirse en
casa en muchos lugares. Una bella exploración del ser a través de la
poesía del agua