Houellebecq pasó del total anonimato al centro de debate público cuando,en 1994, su novela "Ampliación del campo de batalla" se convirtió en uno de los libros más vendidos del año gracias, simplemente, al boca a boca. Los no pocos enemigos que sembró entonces su humor sombrío, su implacable mal genio, esperaban en silencio su rápido declive. Houellebecq, una vez más,les sacó la y Bruno, también cuarentón, profesor de literatura, obsesionado por el sexo, consumidor de pornografía, misógino, racista, un virtuoso del resentimiento. Encarnación consumada, en fin, de una sociedad en que la velocidad del placer no deja tiempo al nacimiento del deseo. Ambos han sido abandonados por una madre que prefirió una comunidad hippie en California a cualquier otro empeño.El humor de Houellebecq está más cerca de la risa desesperada que del fugacísimo regocijo del chiste. La novela, ambientada en el estricto presente, sucede como si las más pesadillescas parábolas de Kafka ya se hubieran hecho realidad, sin que nadie se haya dado cuenta.