Las palabras traen recuerdos, gatillan ideas y provocan emociones. Se escuchan, se pronuncian, se leen, se escriben. Se huelen, se tocan, se ven y se saborean como chocolates rellenos. Todas están llenas de historia. Cada una de ellas encierra múltiples significados y relaciones. Las usamos a diario y forman parte de nuestras vidas.
Desde que nací me fascinaron las palabras, siempre quise hacer un libro en que pondría aquellas que me gustaran. La elección no ha sido fácil, pues las incluiría todas. Muchas se quedaron en el tintero. Esta vez me he inclinado por los sustantivos.
He hecho la selección en forma absolutamente arbitraria. Las he elegido por razones diversas, casi antojadizas: su sonoridad, las imágenes que evoco al leerlas o escucharlas, su origen, alguna curiosidad lingüística; en fin, palabras que por alguna razón forman parte de las que yo quiero. Muchas de ellas se me han inspirado para escribir.
Cada palabra que presento aquí la he acompañado con cuentos, refranes, textos informativos, pero, por sobre todo, poemas. Son textos que me llegan a la memoria cuando pronuncio cada palabra escogida. Muchos de ellos se los escuché a mis padres o a mis abuelos. Otros, los encontré en mis estudios y lecturas.
Creo que es en ellos donde están mejor y así las quiero compartir.
El presente libro surge de la convicción de que fijarse en las palabras de nuestro idioma, y de cualquier otro, puede resultar apasionante.