¿Cómo es vivir la adolescencia en las afueras de una gran ciudad, tan cerca y a la vez tan lejos de todas las cosas emocionantes que suceden allí? ¿Cómo es morirse de aburrimiento en una comunidad residencial cuando tu máximo deseo es comprar música, ir a conciertos, pasar el fin de semana bailando y conocer chicos pero no tienes ni la edad ni la capacidad para moverte como deseas? En los años setenta, cuando no había internet, las distancias eran más largas –los trenes eran más lentos y las comunicaciones más precarias–, y el acceso a la cultura más caro y difícil, esa sensación de aburrimiento y vacío alimentaba los anhelos más feroces y generaba la necesidad de un cambio radical, que para toda una generación llegó con la irrupción del punk y sus nuevos códigos estéticos y musicales. Ese es el resumen de la adolescencia de Tracey Thorn: una larga espera en pubs de barrio, en discotecas de pueblo y en fiestas rutinarias, confiando en que pronto llegarían los momentos decisivos que transformarían su existencia y personalidad. Otro planeta es la crónica de una vida cualquiera, o de la vida de mucha otra gente: la de las amistades del colegio que se van perdiendo, la del descubrimiento del amor y las pasiones culturales que determinan nuestro camino, la del desarrollo del gusto estético en moda, cine y música y, sobre todo, la lucha constante contra la sensación de vacío, abulia y desorientación que caracteriza a todos los adolescentes. A partir de sus diarios personales y con continuos flashbacks, Tracey Thorn explica con prosa tierna y vivaz cómo fue su despertar musical, sentimental y pre-adulto, antes de comprar su primera guitarra y fundar, junto a su futura pareja sentimental y artística, el exitoso dúo de pop Everything But The Girl.