«Una novela es un descenso a las entrañas del ser», dice el hablante de
este texto inclasificable que reúne diversas escenas de amor hiladas por
la intensidad de alguien que, siguiendo a Artaud, renuncia a luchar
contra un sentimiento: «Un envión más como si esto fuera un intento del
amor un intento de hacer el amor con un recuerdo un intento de resucitar
con el amor un recuerdo una vez más un intento más un envión más un
trocito de aire más». Novela es una excavación vertiginosa en la
memoria: pasillos luminosos, teleseries brasileñas, viajes en micro,
colchones en el suelo, chispazos de felicidad que se mezclan con música
de Lucha Reyes y Björk, y el miedo a ser incapaz de hacer feliz a quien
se ama. «Escuchemos y hablemos como si fuéramos otro / como si yo mismo
fuera, sobre todo el que lo escribe, otro / y empezar la novela con
eso.»